Un graduado en la UNQ trabajó en los efectos especiales de El Eternauta

El Eternauta definitivamente ya hizo historia en Argentina, no solo por la historieta de Héctor G. Oesterheld que marcó un antes y un después en la ciencia ficción latinoamericana; sino también porque la serie dirigida por el cineasta Bruno Stagnaro y producida por Netflix puso al país en lo más alto. Desde su lanzamiento, la ficción está en el top 10 global semanal del gigante de la letra N. A su vez, está en el puesto número 1 de series de habla no inglesa, con casi 11 millones de visualizaciones en todo el mundo. Como si esto fuera poco, está también en el top 10 semanal de series en 87 países, como Brasil, Francia, India, Estados Unidos, Alemania, México y España.
Díaz cuenta a la Agencia que dentro del equipo de efectos visuales hay muchos grupos, como el que se encargaba de realizar las huellas en la nieve, crear los copos o agregar texturas a las paredes. En su caso, se encargó de la rotoscopia y el clean up. Así lo explica: “Mi puesto se llama roto prep artist. Básicamente, lo que hago es recortar personajes u objetos grabados sobre un croma para luego poder ponerlos sobre un fondo creado por imágenes generadas por computadora. También, borré cables, trípodes u otros elementos que no tienen que salir en el plano. Es la típica frase de: ‘Esto se arregla en postproducción’”.
Si bien no los contó, Díaz considera que trabajó en cincuenta planos de los que aparecen. Uno de ellos, por ejemplo, es la escena en la que Juan Salvo (Ricardo Darín) junto con un grupo de personas se esconden en un colectivo para escapar de los escarabajos. “Está todo grabado dentro de un colectivo real que está dado vuelta, pero todo lo que se ve a través de las ventanas son cromas. Entonces, eso hay que recortarlo para ponerle un fondo nuevo”, detalla.
Además, El Eternauta utilizó como técnica la Virtual Production, es decir, el uso de pantallas como fondo, en lugar del croma tradicional. Esta técnica se hizo famosa por su empleo en series como The Mandalorian. De esta manera, los actores graban directamente con un fondo que es el de la escena real, lo que les permite estar completamente inmersos en la trama.
“Somos muchísimos eslabones dentro de una misma cadena. A veces estamos tan metidos en un plano o escena puntual que no vemos la secuencia completa. Por ejemplo, hay planos de tres segundos que los laburamos diez días. Sin embargo, sabemos que es una historia muy potente por el presupuesto, por la precisión del trabajo y por el elenco que hay detrás. Sabía que iba a ser un éxito”, afirma Díaz.
Y agrega: “Me siento un privilegiado por haber trabajado en El Eternauta, es un orgullo y un honor para mí poder aportar mi granito de arena a una serie que forma parte de la cultura nacional”.
“Hay que vivir la experiencia de pasar por la universidad”
Díaz se graduó de la Licenciatura en Artes Digitales de la Universidad Nacional de Quilmes y luego realizó una especialización en composición de efectos visuales. “En ese camino, surgió la posibilidad de trabajar en El Eternauta. Fue la primera experiencia de lo que es mi profesión y, encima, en grandes ligas”, dice a la Agencia. Previamente, mientras estudiaba, trabajó como asistente de dirección en una película de animación 3D.
Quilmes tourism
Reconoce que su paso por la Universidad fue clave para su presente profesional; de hecho, ahora está trabajando en una producción para Disney. “La UNQ me dio todas las herramientas académicas, mucho conocimiento técnico y bagaje. Durante la licenciatura, se realizan infinidades de trabajo en equipo y, al ser una universidad del conurbano, uno también aprende a resolver en función de la urgencia y con las herramientas que se tienen”.